Una relación, todo empieza por algo, al principio todo es hermoso, todo brilla, todo es color de rosa, los ojos se estupefacean, las caras se alegran de verse reflejadas de felicidad… uno comparte momentos, los que más puedan, se hacen regalos, se escriben cosas, se dicen “te amo” a los 2 días, los miedos surgen, las esperanzas aumentan, y el amor aparece…
Esa es la etapa del Enamoramiento, en la que todo nos gusta del otro, nada nos molesta, todo es positivo, todo es lindo y agradable… nada analizamos, nada cuestionamos, “todo está bien”… somos cariñosos, a más no poder, no tenemos “no” como respuestas, nos tratamos bien, mostramos nuestro lado más dulce y sensible y somos de lo más simpáticos que hay… no generamos conflictos, no demostramos si estamos en desacuerdo con algo, por ahora, nada nos molesta, y si nos molesta, no lo decimos…
Con el tiempo, uno va enamorándose más y más, va compartiendo más cosas, más proyectos, es como si la cosa se empezara a hacerse seria… comienzan a aparecer los compromisos, los tabúes, las trabas, las estructuras y todas esas cosas que no podemos enfrentar tan fácilmente porque los miedos nos invaden, pero que son cosas que una relación lo requiere, y para estar en ella, es necesario que estén… como compartir momentos juntos, acompañarse cuando uno está mal, apoyarse, dar un abrazo cuando uno se lo pide, no enojarse por no poder ir a algún lado, dormir juntos, proyectar viajes, comprar cosas, aconsejarse, contarse las cosas y dar un feedback, soltarse en lugares extraños o incómodos, respetar los tiempos y las obligaciones del otro, y tantas otras cosas más…
Con el tiempo, el enamoramiento desaparece y se convierte en Amor… un sentimiento hermoso pero muy difícil de llevar adelante… donde esas dos personas, que se vienen conociendo y amando aún más, ya están embarradas del todo… y ya las historias previas y el pasado de cada uno comienza a mezclarse con el presente de los dos… de esas dos personas que hoy en día se aman, con las diferencias, con las similitudes y con las formas de ser que ambos tienen…
Todo ya no es tan hermoso, no todo brilla, porque uno ya se enoja, discute, dice y plantea lo que le molesta, no se respeta tanto como antes, uno se vuelve egoísta, se olvida de lo que al otro le hace bien o le gusta, porque ya cree conocer todo de esa persona, o porque se establece la relación de esa manera y uno se achancha o se confía… los compromisos se tornan incómodos o inaceptables, tratar de congeniar horarios, encuentros o momentos para compartir se hace más difícil, porque lo que antes no rechazabamos porque queríamos compartir más momento, ahora sí lo hacemos... y el vernos y dejar de lado nuestras obligaciones para vernos con el otro, nos representa una molestia o nos puede más la comodidad de hacer algo para uno mismo, en vez de los dos...
Hoy siento que estoy pasando la transición del enamoramiento al “Amor”, y la verdad es difícil afrontarlo… nunca nadie dijo que Amar sea fácil, es hermoso, pero no es fácil…
Me siento raro, ajeno, extraño, como sin una parte de mi, pero a la vez un poco más tranquilo y sin pensar tanto en todo, en vos… no sé que será de todo esto, pero lo que sí sé, es que no tenés ni la más mínima ni remota idea de lo que estar en una Relación, creo que nadie… y el tema es si me banco esto o no…
Pero estuve pensando, y he llegado a una conclusión…
En fin, difícil es el amor, difícil es el Arte de Amar…