Los medios muestran constantemente escenas y actos de violencia o saqueo en todo el mundo. Sin embargo, los buenos actos podrían expandirse tan fácilmente como los malos, ya que cuando una persona recibe un beneficio podría devolverlo ayudando a gente que originalmente no estaba involucrada. A estas ¡optimistas! conclusiones llegó un estudio realizado en Estados Unidos.Los investigadores de la Universidad de California, San Diego y la Universidad de Harvard aseguran que su estudio brinda evidencia de que el comportamiento cooperativo podría contagiarse de persona a persona. “Esa multiplicación que encontramos en el experimento podría ser más grande o pequeña en el mundo real, pero es maravilloso ver que la bondad se expande incluso entre gente que no se ha visto nunca”, dijo James Fowler, uno de los autores.
Los voluntarios de esta investigación no se conocían entre sí y nunca repitieron el juego con la misma persona. La actividad consistió básicamente en que una persona daba dinero a otra, y luego se observaba las acciones subsecuentes del que había recibido este beneficio. Fowler destacó que estos participantes mostraron muchas más posibilidades de donar su propia plata en los ejercicios subsiguientes.
Esta situación creó un efecto dominó, ya que un voluntario ayudó a alrededor de tres participantes, y desde allí esa contribución inicial alcanzó a nueve, generando olas de cooperación que se expandieron muy fácilmente. La mala noticia es que lo opuesto, las acciones negativas o egoístas, se transmiten con la misma facilidad.
Fowler explicó que el efecto positivo persiste en el tiempo, ya que “las personas no vuelven a ser los antiguos egoístas que eran originalmente”.
EL ROL EN LA EVOLUCIÓN
Los autores consideran que este proceso podría haber sido parte de la evolución, ya que los grupos altruistas podrían tener más posibilidades de sobrevivir que los egoístas.
